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Horacio Guitou: El inventor de la fórmula de convertir vacas en dinero.

Genética | 24 de Abril de 2014
Ingeniero agrónomo y zootecnista, Horacio Guitou fue quien introdujo en el país el sistema de medición DEP’s (Datos de Progenie Esperados), la referencia que permite establecer las características económicas esperadas de un bovino.

Está en su oficina del Instituto de Genética Bovina del INTA Castelar. Viste una camisa clara, un pantalón azul oscuro y mocasines marrones. Cuenta que nació en uno de los cien barrios porteños. Y tal vez por eso fue que nunca se acercó al campo. Pero -destino o casualidad- estudió agronomía. Entonces sí fue que empezó la historia de Horacio Guitou.

Horacio fue quien trajo a la Argentina el sistema de medición de progenie denominado DEP’s (Datos de Progenie Esperados), referencia que permite establecer las características económicas esperadas de un bovino, adoptado en la Argentina por algunas asociaciones de  criadores de ganado vacuno, entre ellas Aberdeen Angus, la primera que incorporó esta técnica a fines de los años ’80. 

Cuando habla de su especialidad tiene en los ojos el brillo de los niños. Luego de pulsar algunas teclas logra instalar en la pantalla de su PC la cadena del ADN y explica a El Federal la importancia que tuvo su descubrimiento para la ciencia. 

El sistema de evaluación de DEP’s permite establecer, a través de los toros padres, el largo de gestación (período de tiempo de gestación del ternero en la vaca; peso al destete; peso final; tamaño del ojo de bife o porcentaje de grasa, entre otros puntos de referencia. O determinar las características de una hembra como madre. La charla con Horacio Guitou fue una verdadera clase personal sobre la investigación de la genética en la ganadería vacuna. Es posible que por ese motivo, junto a otros especialistas, sea uno de los profesionales más convocados  para hablarles a los productores en su propio lenguaje.

-¿Cómo se dio su llegada a la cátedra de Genética Bovina?
-Fue por iniciativa de Edward Fabret. Era un profesor con el cual se podía charlar horas interminables de cualquier cosa, mate mediante, daba gusto estar con él. Cuando me propone colaborar en la cátedra, le digo que yo tengo que estudiar, y me responde: “Eso es lo correcto, pero cuando tengas momentos libres venite para acá”. Pero después de cursar las tres materias de genética empecé a trabajar en la cátedra, tenía que darles clases a 200 alumnos, y para eso tenía que estudiar más. Luego de recibirme, en 1976, continué allí.  

-Después ingresó al INTA. ¿Cómo fue ese desafío, porque para hacerlo hay que tener conocimiento y saber mucho?
-El profesor Fabret recibe el pedido de dos de sus colegas, uno estaba en el INTA Salta y el otro en Balcarce, para recomendar a algún profesional recién egresado, y junto a otro colega nos elige. En el sorteo me toca como destino Balcarce, en realidad revoleamos la moneda. En ese momento, el INTA Balcarce era la cuna de oro, se había puesto en marcha un plan ganadero llamado “Balcarce” y había un grupo de colegas trabajando en manejo, nutrición, genética, y yo pensé que la genética estaba más en el norte, quizás una forma de adelantarme en el tiempo (risas) y la ganadería, en esa zona, por entonces no existía. Lo único que había eran bovinos Criollos y campos de 35.000 hectáreas donde no se podía hacer ningún tipo de manejo.     

-Pasó por Salta, volvió a Buenos Aires y después se fue a estudiar en el exterior. ¿Qué le dejó el Master y el doctorado en Estados Unidos? 
-Además de hacer los cursos, yo me había llevado los datos que relevé en la Argentina, porque aproveché mi estadía en Salta para hacer un reordenamiento de la información ganadera que había. Esa información la crucé en Estados Unidos, hice dos tesis, la primera fue sobre cruzamientos. Comenzamos a analizar información sobre las razas Nelore, la Criolla, la Hereford, la Pardo Suiza y Angus.

-¿Los DEP’s los encuentra durante sus estudios de posgrado?         
-Cuando debo preparar la tesis para obtener el doctorado, me encuentro con que debía ser algo novedoso, y es ese el momento en que descubro que en los Estados Unidos ya hacía un tiempo se venía trabajando con los DEP’s.  La incorporación de genética de punta siempre comienza en los vegetales, luego sigue en los bovinos de leche, y por último llega a los rodeos de carne. En el caso de los rodeos de leche, la incorporación de genética es mucho más intensa, y una de las razones es que el volumen económico que maneja un rodeo de leche en la venta de semen es muy importante. Entonces la valuación precisa de los reproductores tiene un gran impacto económico. Hay mucha inversión, en todo lo que es evaluación y leche. Si hacemos memoria, antes la leche se evaluaba por la cantidad de litros, luego fue por el volumen de grasa  vuterométrica, y ahora lo que interesa es la calidad y la cantidad de proteína o el recuento de células somáticas. La misma historia se siguió luego con la carne vacuna, porque ya no es tan importante la cantidad de carne, hoy lo que vale es la calidad.

-El punto nos lleva a hablar de calidad y proteínas de carnes. ¿Qué hacen los especialistas en ese sentido?   
-Nosotros lo que hacemos es trabajar en eficiencia reproductiva más que en la cantidad, y ahora los mercados que se abren apuntan a la calidad. Si son mercados asiáticos piden más grasa intramuscular, también se busca un mejor área de ojo de bife, que es el bife de chorizo, y entonces medimos con ultrasonido lo que es el área de ojo de bife. Desde esta oficina implementamos el uso de los DEP`s.

-Cuando llega a la Argentina con la idea de implementar el uso de los DEP’s en el ganado de carne, ¿resultó difícil hacerle entender al productor su importancia?
-Fue bastante difícil. Mis objetivos de tesis para el doctorado eran desarrollar todos los programas posibles para bovinos de carne con las principales características de interés económico, que irían cambiando con el tiempo. Si me daban datos estábamos en condiciones de producir los DEP’s.   

-¿Cómo hizo entonces para convencer a los productores?
-Cuando regreso a la Argentina, en 1985, me pase del INTA Salta al Instituto de Genética de Castelar, entonces empecé a golpear puertas. En ese momento, el auge de las exposiciones era tremendo, y era el momento de clasificar a animales con lo que se llamaba New Time. Eran enormes, un tipo que se observó entre los años ’80 y ’90, uno terminaba con animales altos y grandes y después comenzó a cambiar.  En ese sentido se equivocaron, porque en Estados Unidos, por ejemplo, que se termina los animales en feedlot, lo que se hace es darle comida y se acompaña el crecimiento. Como se hacían esos tipos de animales grandes, se importaba ese tipo de genética, pero acá a los vacunos se les da pasto.

-¿Qué pasa si se incrementa el tamaño de los animales?
-Se aumentan los gastos de mantenimiento, se llega más tarde a la pubertad, se obtiene terneros con mayor peso al nacer que implica el 80% de los problemas de distocia, y si tenían la suerte de salir del parto, eran duros de terminar a pasto, llegaba el otro invierno y no estaban listos, entonces el animal se pasaba de grasa y comenzaba a perder peso.

-¿Cómo se resolvió el problema de los animales grandes?
-Lo que se hizo fue traer genética, pero al hacerlo lo que se debe lograr es sincronizarla con el sistema de producción que se tiene de acuerdo a la región. Uno no puede utilizar el mismo método para animales que están en Bahía Blanca en otros que se encuentran en Pergamino, porque hay que ajustarla a la demanda del forraje que se tiene en el campo. Los animales que se producían en los años ’90 no eran los que el productor comercial necesitaba.El nuevo gran desafío que se plantean hoy los investigadores, y en especial los genetistas, es la obtención de los DEP’s moleculares o genómicos en reproductores jóvenes, para integrarlos luego con los clásicos y lograr así los DEP's enriquecidos. La evaluación genómica permitirá evaluar animales jóvenes, aunque no se dispongan de datos  sobre su fenotipo, con mayor precisión. En definitiva, la investigación en materia de genética animal, al parecer, no tiene fronteras. 

Fonte: REVISTA EL FEDERAL  - GANADERÍA ( Jueves 24 de Abril, Buenos Aires, Argentina)

Revista Federal - Horacio Guitou

Foto: Divulgação/Assessoria

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Foto: Divulgação/Assessoria

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